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Gobernar con mano izquierda

20 abril 2018

Rising Sun no es un juego de guerra al uso, supera el concepto clásico de crear ejércitos y desplegarlos estratégicamente para vencer al enemigo. La diplomacia juega un papel fundamental, junto con la negociación afecta a todos los aspectos del juego. Desde la toma de decisiones hasta las batallas que se libran, todo lo que ocurre está supeditado por la necesidad de formar alianzas con otros jugadores. Al menos mientras a ambos os beneficie.

Rising Sun se desarrolla en el transcurso de tres rondas, tres temporadas que son el tiempo del que dispones para hacer que tu clan se haga con el control de todo el Japón feudal. Al inicio de cada ronda, o temporada, se celebra la fase de la Ceremonia del Té. Es el momento y la oportunidad para formar alianzas que pueden durar, o no, toda la temporada. La diplomacia, por tanto, tiene cabida en el desarrollo del juego aunque cada ronda termine con batallas que tienen lugar en distintas provincias del reino.

La diplomacia y las asociaciones entre jugadores pueden manifestarse de muchos modos en Rising Sun. Durante el juego los participantes se turnan para tomar decisiones políticas de relevancia que pueden cambiar el curso del juego de todos. Sin embargo, cuando sea tu turno tú y tus aliados obtenéis un beneficio de cada una de esas decisiones. Es más, si te conviene puedes ofrecer a otro jugador esas mismas ventajas aunque no sea tu aliado para sacar algo a cambio de provecho. El soborno está permitido, de hecho lo recomendamos encarecidamente.

Puede parecer, por tanto, que tener una buena labia es importante en Rising Sun. Por ello Eric Lang, creador del juego, se aseguró de que aun siendo el peor de los negociantes si juegas bien tus cartas puedas ganar la partida. No obstante, el tener tantos elementos sobre el tablero es un valor añadido de este juego basado en el Japón feudal. El desarrollo de la diplomacia y las alianzas ayuda a que la experiencia sea más inmersiva si cabe. La confianza y el honor son importantes cuando decides formar equipo con otro jugador, porque la traición es un elemento con el que debes contar desde el primer momento.

Pero si en algún momento de Rising Sun es fundamental la diplomacia es para la guerra. Como en todas las guerras, el bando con más posibles económicos tiene una gran ventaja respecto a los demás, de modo que cuando en cada conflicto bélico tengan lugar las pujas secretas por cuatro acciones de batalla diferentes es mejor que tengas aliados que combatan a tu lado por si no eres el que apuesta más alto. Coordinarte con otro jugador, por tanto, puede hacer que te ahorres algo de dinero.

Rising Sun supone una experiencia de juego completamente nueva, innovadora e intuitiva. Partida tras partida vas a ir descubriendo el potencial que tienen la negociación y la diplomacia. Pero si ese no es tu camino, no pasa nada. Puedes jugarlo como un título bélico con batallas completamente limpias y civilizadas, sin alianzas ni traiciones. Podemos matarnos en el campo de batalla, pero con elegancia.

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