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Cambia las reglas del juego

07 febrero 2018

Dos jugadores, o tres… o hasta seis. Y tres cartas cada uno. En tu turno roba una carta y juega una carta. Ese es el punto de partida de Fluxx y lo único que tienen en común todas las partidas. A partir de ese momento el juego lo construyes tú. En tu mano, y en la de tus contrincantes, puede haber cuatro tipos diferentes de cartas:

  • Cartas de objetivo. Fundamentales para que uno de vosotros pueda ganar la partida. Estas cartas establecen los requisitos que debes cumplir para proclamarte vencedor. Puede ser que necesites determinados objetos, también llamados figuras, o un número determinado de cartas o una carta en concreto.
  • Cartas de nueva regla. En Fluxx todas las cartas sobre la mesa tienen efecto constante, a menos que la propia carta diga lo contrario. De modo que puedes tener simultáneamente un sinfín de reglas qué cumplir, así que debes permanecer atento para no saltarte ninguna. Algunas de estas cartas de regla pueden modificar el efecto no solo de otras cartas de regla sino también de las de objetivo o acción. Las cartas de nueva regla pueden darle un vuelco a la partida en cualquier momento, por ejemplo, anulando los objetivos vigentes y por tanto desbaratando los planes de tus rivales.

  • Cartas de acción. Muy útiles cuando el juego veas el juego parado o quieras desconcertar al resto de jugadores. También pueden darte un empujón hacia tu objetivo si sabes utilizarlas en el momento adecuado. Robar más cartas de la cuenta, intercambiar cartas con otros jugadores o verte obligado a jugar la primera carta del mazo son algunas de las acciones a las que puedes sacar gran provecho.
  • Cartas de figura. Puedes encontrar casi cualquier cosa bajo el mazo de Fluxx. Son cartas que nunca están de más porque en cualquier momento puede aparecer un objetivo para el que necesites tener determinadas figuras. Como galletas y leche, o un zombi y una motosierra, o hasta un sectario y un profundo. No hay combinaciones imposibles, de modo que acumula todas las figuras que puedas.

Cuando comienzas una partida de Fluxx no sabes qué debes hacer para ganar, la mecánica la vas construyendo con las cartas que se van jugando. Tras un par de rondas eso deja de preocuparte porque el juego te atrapa y toda tu atención se centra en estar pendiente de las reglas vigentes y los objetivos. Tu mente le da vueltas a cómo romper el juego de los oponentes en tu siguiente movimiento. Y es que debes mantenerte alerta porque con Fluxx andas sobre arenas movedizas todo el tiempo. En cualquier momento el suelo puede hundirse bajo tus pies o, por el contrario, puedes llegar a tierra firme. Solo depende de vosotros y las cartas que decidáis poner sobre la mesa.

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